De la Sequía a la Inundación: Rocha
Los pescadores artesanales de la zona de Valizas trabajan en el ecosistema de lagunas costeras para abastecer de camarón al turismo, la gastronomía y el comercio. Un efecto climático inusual interrumpió la comunicación entre el océano y el arroyo en un momento inoportuno. Ocasionó una zafra de recolección extraordinaria que se volvió catastrófica.
Alejandro Álvarez creció y aún vive en el departamento de Rocha, a orillas del arroyo Valizas, junto a sus hijos y su pareja. Es parte de una pequeña comunidad de unas 10 familias, afincadas desde hace décadas, cuyo ingreso principal proviene de la pesca artesanal.
Capturan varias especies que se desarrollan en el arroyo y en la Laguna de Castillos; una de ellas, el camarón, hace la diferencia en los ingresos de las familias de pescadores.
Como una organización periodística sin fines de lucro, dependemos de su apoyo para financiar el periodismo que cubre temas poco difundidos en todo el mundo. Done cualquier valor hoy y conviértase en un Campeón del Centro Pulitzer recibiendo beneficios exclusivos.
Valizas es la zona del camarón por excelencia. Los chefs más reconocidos de los destacados centros turísticos de la región, como Punta del Este, José Ignacio, La Pedrera o Punta del Diablo, seleccionan en Valizas los mejores especímenes que luego sirven en sus restaurantes a clientes con billeteras abultadas. Desde 2015 se celebra allí una “camaronada” en abril, que convoca vecinos y turistas de todas partes. En la temporada de verano, y durante las zafras de pesca, migran hacia el pueblo centenares de personas para dar abasto con la cosecha. El camarón es muy apreciado y requerido.
Los cambios en el clima están amenazando el presente y el futuro de esta pequeña comunidad de pescadores rochenses, y la de todas las personas o negocios relacionados con la pesca del camarón en Uruguay hasta llegar a los consumidores.
Una trampa natural
Cada año las crías de camarón llegan de Brasil por el Atlántico, ingresan por el arroyo Valizas y se quedan a crecer en la Laguna de Castillos, a 10 km de la costa oceánica, para luego emigrar nuevamente en su adultez y reproducirse en las aguas del Sur de Brasil. La zona de desembocadura del arroyo en el mar, llamada “la barra", se abre y se cierra por acumulación de arena en momentos específicos del año habilitando el ingreso del camarón hacia la laguna así como su retorno. Ese ciclo natural es acompañado por la intervención humana, que inicia a su vez un ciclo comercial de abastecimiento de alimentos a través de la pesca. La zafra del camarón en la zona de Valizas se inicia al final del verano, en el mes de marzo, y se extiende hasta mayo.
Entre 1991 y 1994 se abandonó el uso de la red de playa por la trampa camaronera. La capacidad de pesca con trampas elevó el volumen de captura. La práctica se volvió más eficiente y se redujo el esfuerzo físico de quienes trabajan en el arroyo y las lagunas. La legislación uruguaya autoriza a cada pescador a usar un máximo de 10 trampas, aunque algunos pescadores suelen tener más, hasta 40.
La pesca artesanal es un oficio que se transmite de padres a hijos. Alejandro es hijo y nieto de pescadores artesanales. No recuerda haber visto ni escuchado lo que vivió el 28 de febrero de 2023. No hay anécdotas de algo similar en las últimas tres generaciones. Ninguno de los pobladores entrevistados para este reportaje tiene recuerdos de algo semejante. Una jornada de pesca inoportuna y frenética.
Ese día atípico fue el resultado de una también atípica temporada de sequía que trajo La Niña al continente americano. La Niña es un fenómeno climático derivado del enfriamiento de las aguas del Pacífico tropical que comenzó a manifestarse hace tres años pero sólo en los últimos meses la población reparó en su poder transformador.
En enero de 2023 los ganaderos y agricultores del interior del país mostraban por televisión tierras agrietadas donde normalmente había un cauce de agua. A Montevideo, la capital de Uruguay, la crisis llegó apenas 60 días después, cuando quedaron en niveles críticos las reservas de agua potable que abastecen a casi dos millones de personas, más de la mitad de la población del país. Para paliar esta situación se llegó al extremo de mezclar el agua dulce con la proveniente del Río de la Plata, un estuario en el que desemboca el río que da nombre al país y se funde con el océano de agua salada. Por primera vez en la historia de Uruguay la red de tuberías llevó a los hogares agua no potable.
En Valizas el fenómeno se manifestó en el descenso del nivel de las aguas, que cerró la comunicación entre el océano Atlántico y el arroyo Valizas, a su vez disminuido.
La barra se cerró el 5 de febrero, como muestran las imágenes satelitales. Para el 28 de febrero la barra continuaba cerrada, el nivel del arroyo estaba en mínimos históricos y los cardúmenes de camarones quedaron encerrados en un estanque natural desconectado también del curso principal del arroyo, a disposición de cualquier transeúnte que se los quisiera llevar apenas equipado con un balde o incluso una toalla.
Ese 28 de febrero la noticia corrió desde el amanecer entre los pobladores de la zona, que fueron a la desembocadura del arroyo en la mañana y en la tarde. Ante el miedo de que los pequeños camarones murieran, por falta de agua, los pescadores y los vecinos se lanzaron a capturar todo lo que se pudiera previo a que alcanzaran madurez, es decir, mejor peso.
Las trampas que los pescadores usan regularmente para la pesca del camarón quedaban ridículamente grandes ante la poca agua que mantenía con vida al arroyo. El uso de calderines o redes pequeñas resultó más efectivo.
Los pescadores artesanales llenaron enormes tachos de plástico azul con capacidad de 200 litros con las crías de camarones, sin tener muy claro qué hacer con ellas ni cómo mantenerlas en buen estado hasta el momento de su venta o consumo. El sistema de refrigeración más profesional con que contaban era un freezer de escala hogareña.
Desequilibrio productivo
La alteración en el ciclo de recolección del camarón está vinculada a una superabundancia en momentos atípicos que también tiene su origen en el cambio climático. El biólogo e investigador Santiago Silveira, integrante de la Unidad de Gestión Pesquera Atlántica, explicó que la presencia de “poslarvas" -el nombre que los científicos dan a la cría del camarón- se vio favorecida por el mayor ingreso de aguas oceánicas de origen tropical causado por la sequía. Tras la apertura de la temporada “se pescó muchísimo durante cinco días", afirmó Silveira.
La zafra de 2023 tuvo cifras impactantes: se utilizaron 1.000 trampas y se pescaron 160 toneladas de camarón. Pero como efecto directo de la pesca temprana -e ilegal, por desatender la normativa que regula las temporadas de pesca para asegurar la sustentabilidad de las especies- el mercado tuvo inicialmente un gran volumen de camarones de menor dimensión y peso, lo cual repercutió en el valor del producto y en la ganancia de los pescadores artesanales.
Ese 28 de febrero de 2023 la barra estaba cerrada y permanecía cerrada cinco meses después, cuando se publicó este reportaje. Para mayo, cuando se debería estar en plena zafra, la abundancia se había terminado. La presidenta del grupo de pescadores de Barra de Valizas, Luz Martínez, lo calificó de caos. “Es un momento de incertidumbre total, no sabemos si se acabó el camarón".
La ciencia tampoco conoce antecedentes de un fenómeno semejante en la zona. “Un evento como el de este año no lo habíamos visto nunca: no hay registro para nuestra memoria ni la de los pescadores", dijo Graciela Fabiano, veterinaria y magíster en Zoología, integrante de la Unidad de Gestión Pesquera Atlántica de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos.
Para fines de mayo la pesca de camarón continuaba en la Laguna de Castillos y el arroyo Valizas, aunque eran muy pocos los pescadores artesanales que estaban abocados a su extracción. Había 60 trampas, el volumen de captura era escaso y a pesar de que los camarones que quedaban habían desarrollado el tamaño aceptable -de unos 10 gramos- para ser atrapados, se sumó un incidente inesperado: una especie de ctenóforos foránea (un organismo de aspecto similar a las medusas) estaba saturando las redes impidiendo la cosecha.
Según Alejandro Álvarez “esta zafra de camarón no le sirvió a nadie. La pesca fue jodida porque el camarón se levantó antes de tiempo y no se pescó mucho. Quedé atrasado con la luz, el agua, y endeudado hasta las manos. Así que imaginate el balance que puedo hacer".
Las investigaciones sobre el clima del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República indican que para Uruguay “ya se han detectado cambios" en algunas de estas amenazas climáticas y que “se mantendrán y profundizarán en un contexto de cambio climático".
En cuanto a la dinámica de lluvias y días secos las investigaciones sostienen que “los extremos de precipitación se incrementarían, así como disminuiría el número de días con lluvias débiles, implicando una situación con mayor número de días secos separados por eventos intensos de precipitación". Es decir, habrá más días secos pero interrumpidos por fuertes lluvias.
Si se potencian los eventos meteorológicos extremos los pescadores de camarones tendrán una segunda mala temporada consecutiva.
Por: Miguel Ángel Dobrich y Gabriel Farías.
Datos geoespaciales: Natalie Aubet y Nahuel Lamas.
Fotos: Matilde Campodónico. Diseño: Antar Kuri.
Edición: Victoria Melián.
Agradecimientos especiales: Servicio de Sensores Remotos Aeroespaciales de la Fuerza Aérea Uruguaya y la Universidad Tecnológica del Uruguay.