La periodista colombiana Edilma Prada Céspedes participó en una charla de la conferencia anual Interconnected: Reporting the Climate Crisis, auspiciada por el Pulitzer Center. Allí la becaria del Pulitzer Center habló sobre los bosques tropicales y cómo puede el periodismo aportar a su protección.
Lo siguiente es una entrevista que se hizo después de la conferencia entre Prada Céspedes y Nathalie Castellanos, pasante del programa Campus Consortium del Pulitzer Center. Con Prada Céspedes conversa sobre las comunidades indígenas, el peligro que se enfrenta al ser periodista, y sobre los proyectos actuales de la Agenda Propia, la red de periodismo fundada y dirigida por Prada Céspedes. La entrevista ha sido editada para mayor claridad.
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Nathalie Castellanos: Es muy probable que ser periodista en Colombia sea una posición riesgosa considerando los temas que se cubren. Publicaste un tweet con #palabrasenpeligro refiriéndote a eso. ¿Cómo respondes o manejas ese tema de las amenazas o respuestas negativas de quienes están en una posición de poder, especialmente cuando está reportando en comunidades que están en riesgo? Y cómo haces para mantenerte a salvo dado lo que mencionaste en la conferencia del Pulitzer Center que 86 líderes sociales en Colombia han sido asesinados solo en este año?
Edilma Prada Céspedes: Primero mencionar que la realidad Colombiana se viene dando desde hace muchos años—la realidad del conflicto armado en todo el país. Colombia ha estado en un proceso de transición del conflicto a la paz luego de los acuerdos de paz entre una de las guerrillas en el año 2016 a la fecha. [Pero] el conflicto armado se mantiene. Entonces creo que la realidad del país no es nueva; es una realidad que se viene dando en los últimos 50 años. Entonces eso ha hecho que de alguna manera los periodistas tengamos precauciones para hacer cubrimientos donde la intensidad del conflicto es mucho más alta.
Yo creo que son públicas las violaciones de derechos humanos que se vienen dando contra líderes indígenas y líderes sociales en el país. Y hay muchas fuentes de territorios. Una de ellas la organización Indepaz, que es justamente la que ha venido haciendo seguimiento sobre el asesinato de líderes sociales, incluidos pueblos indígenas. Entonces, creo que la realidad, por ser pública y por ser tan evidente de alguna manera, permite que como periodistas podamos informar esto de una manera mucho más directa
La manera cómo nos cuidamos los periodistas en Colombia primero es generando confianza con las comunidades. Particularmente yo cubro pueblos indígenas. Y se hace un proceso de confianza con los líderes y con las comunidades. Siempre presentándome como periodista, siempre informando cuál es el objetivo de mi visita, ya sea de la visita mía como periodista o del equipo de Agenda Propia, que es el medio de comunicación que lideró. Se hacen encuentros de diálogos o círculos de la palabra, como llamamos en Agenda Propia, para justamente poder tejer confianza con la comunidades y garantizar de alguna manera la protección del periodista en los territorios.
En otros casos, no logramos entrar. Cuando la situación es muy complicada y las comunidades nos recomiendan no entrar, nos abstenemos de entrar. Entramos cuando las condiciones de seguridad están dadas. Entonces se tiene que tener también un tema de paciencia, un protocolo de acceso a estos territorios. Eso es lo que trabajamos, no? Es urgente que también los medios de comunicación o periodistas usemos nuestros canales de redes sociales de medios también para alertar lo que cada día ocurre en el país.
Volver a informar y decirle a la comunidad, ‘esto fue lo que se publicó de el territorio’. De esa manera tú vas a garantizar siempre una puerta abierta a esa comunidad.
Edilma Prada Céspedes
NC: En otra entrevista, mencionaste que te sentías segura solamente si había aprobación de la comunidad indígena que te permitían la entrada a sus comunidades. ¿Cómo puedes ganarte la confianza de estas personas cuando ellos desconfían de los periodistas y de la policía que entren a su espacio territorial?
EPC: Sí, así es. En el contexto de Colombia, la presencia de grupos armados es muy fuerte en los territorios indígenas—hay grupos armados tanto legales como ilegales: los legales, el ejército, la policía; y los ilegales, grupos de guerrillas, paramilitares, y otras organizaciones criminales. Entonces esto hace que efectivamente la situación de seguridad sea muy difícil en las comunidades indígenas o en los territorios. Además, son territorios que están sirviendo desde hace varios años como rutas del narcotráfico, de deforestación, y la presencia de grupos criminales para la explotación del oro de manera ilegal.
Se presentan muchas situaciones que afectan también la tranquilidad de los pueblos indígenas y por eso también las comunidades han establecido sus propios sistemas de seguridad, por decirlo así. Entre ellos están los guardias indígenas. Entonces la manera de garantizar un poco la seguridad al periodista o a las personas que entran por la ruta más segura en este momento en muchas comunidades, es justamente hacerlo a través de la protección comunitaria de los pueblos indígenas. Cuando tú entras al territorio, hay una cierta seguridad para el periodista porque se hace a través de la guardia indígena a través de la autorización del permiso del diálogo con la comunidad. Entonces por eso me siento más segura de esa manera.
Eso por un lado, porque se reconoce también la autonomía de los pueblos indígenas en Colombia para proteger su propio territorio y una manera de protección es a través de las guardias indígenas. Esto es sin armas. Ellos defienden el territorio sin armas. Defienden el territorio con la palabra, también con la conversación, con el diálogo permanente. Y creo que es una manera también de empezar a deslegitimar a los armados. Ya sean legales o ilegales en Colombia.
La segunda, por supuesto, es esto. Siendo totalmente transparente con tu trabajo, para que llegues a la comunidad, ¿porque llegas a la comunidad? ¿Cuál es el objetivo? Porque además de estas situaciones de grupos armados, también hay unas herencias históricas y unas narrativas históricas de daño que el periodismo o los medios de comunicación han hecho cuando informan de pueblos indígenas. Pues también hay una desconfianza al periodista, ¿no? Entonces siempre es importante mencionar para qué entró, cuál es el objetivo de la investigación o el reportaje que voy a desarrollar, y por supuesto, mantener la confianza luego de que el trabajo salga publicado. Volver a informar y decirle a la comunidad, ‘esto fue lo que se publicó de el territorio’. De esa manera tú vas a garantizar siempre una puerta abierta a esa comunidad. En otros casos, los periodistas nunca le informan a los pueblos indígenas que publicaron o publicaron cosas totalmente distintas a las que el periodista mencionó en la comunidad. Entonces, por eso se generan desconfianzas de los medios de comunicación en general. Entonces por eso creo que hay que generar un trabajo grande de confianza con las comunidades, ya sean indígenas, campesinas, o comunidades negras.
NC: “Agenda Propia” cubre una variedad de temas importantes para la comunidad indígena. Recientemente crearon un proyecto titulado “Dibujando Mi Realidad,” que cubre a través del arte el día a día de los jóvenes indígenas. En general tú cubres una variedad de temas sensibles para ti como periodista. Cuál es la razón por la que decidiste enfocarte en niños, y qué información te pueden aportar ellos desde su perspectiva?
EPC: El tema de niñas y niños es un ejercicio de periodismo que hicimos con un grupo a nivel de América Latina que se llama La Red Tejiendo Historias. Es una comunidad que promueve Agenda Propia. En la comunidad somos más de 300 periodistas de todos los países y se definen cada semestre una serie de reportajes que vamos a cubrir en esos diálogos de la palabra. Y en esas discusiones editoriales, surgió la necesidad, por parte también de líderes indígenas que invitamos a estos espacios, que uno de los de las poblaciones poco informadas es justamente los niños y las niñas indígenas. Y cuando se informe de niñas y niños indígenas, se informa también desde la voz de los adultos, de la voz del de los padres, o de las voces oficiales. A veces ni siquiera se informa desde la voz de los pueblos indígenas, sino de la voz de otros y otras.
En este caso decidimos retratar esas realidades que viven los niños y las niñas, pero que ellos también hicieron parte de la cocreación. Entonces la serie se divide en reportajes a profundidad que hicieron los periodistas o narradores indígenas, y se permitió también que los niños contarán en su propia voz cuáles son sus sentires, sus realidades, y que dibujaran lo que está pasando en sus comunidades. Esta serie la componen 13 historias. Se han publicado en este momento ocho. Están próximas a publicarse las otras historias, y las historias narran realidades de migración. Como los niños han perdido a sus padres que han intentado cruzar las fronteras de manera como migrantes. Hay historias relacionadas con abandono de los padres, porque los padres se van a trabajar y dejan a sus hijos abandonados. Hay historias sobre trabajo infantil también que los niños con la realidad económica también les toca trabajar. Hay otras historias sobre violacion de derechos humanos. Por ejemplo, en Honduras hay un caso de una madre que tuvo que salir exiliada y la niña también vivió el exilio de su territorio, justamente porque la mamá está exigiendo defensa de la tierra. Entonces los niños también viven de cerca todo lo que pasa en sus comunidades. También hay historias sobre desnutrición infantil. La realidad es realmente muy compleja, pero en esa oportunidad queríamos narrar las historias a través, justamente equilibrando que esas voces de niños y niñas también se visibilizaran y que ellos dibujaran su realidad. Que ellos dibujarán también que es lo que viven junto con sus padres.
En el grupo consideramos que es una serie que estaba en deuda en hacer un ejercicio de estos a nivel de medios de comunicación en la región donde los niños también tuvieran participación y contarán esto. Pero las historias también tienen profundidad, tienen investigación, se entrevistan a distintas fuentes: especialistas, autoridades locales y comunitarias. Se hizo consulta de especialistas del tema. También organizaciones no gubernamentales han denunciado estos casos porque realmente son situaciones muy complejas. No son situaciones tranquilas que viven los niños indígenas particularmente. Es realmente muy complejo y también tiene que ver el rescate de esas culturas, tradiciones, lenguas que también están en riesgo de desaparecer. Hay algo importante, es que los niños indígenas son los que están recibiendo los saberes de sus padres y sus abuelos en este momento, y si no se protege y si no se le da importancia a un niño y a una niña indígena, se corre con el riesgo que esos saberes se entren en un riesgo de exterminio físico y cultural. Ya hay una amenaza fuerte de que todos los saberes de los pueblos indígenas están muy débiles, porque los niños no están aprendiendo su lengua, no están aprendiendo sus saberes, y cada vez que pasan esas situaciones se alejan más de esos territorios naturales o ancestrales. Esto hace que haya una pérdida de valores de la cultura de los pueblos indígenas.
Entonces es supremamente importante que el periodismo mire esas otras historias. Por un lado, niños y niñas que tienen estos riesgos, estas violaciones de derechos humanos, pero también lo que significa que un niño y una niña indígena salga de su territorio de origen por migración, por desplazamiento forzado, o que sus padres, sus madres los abandonen porque se rompe de alguna manera esa formación tradicional que reciben en sus comunidades.
Yo creo que son otras historias más humanas, más sociales, que el periodismo también tiene que mirar y que justamente lo narra desde esa cosmovisión y desde la importancia que tiene esa transmisión de saberes. Yo creo que es supremamente valioso poder hacerlo. Agenda Propia cubre temas de pueblos indígenas de distintos niveles—de jóvenes, de niños, de la madre tierra, el territorio, violaciones, derechos humanos en las comunidades muy marcadas. Pero con el fin último, es justamente elevar la voz de los pueblos indígenas, no solamente en Colombia, sino en América Latina.
Muchos de esos 115 pueblos están en riesgo de exterminio físico y cultural.
Edilma Prada Céspedes
NC: ¿Por qué decidiste escoger la carrera de periodismo y que despertó tu interés en las comunidades indígenas?
EPC: Yo hago periodismo desde hace 20 años y empecé muy chica en una región local. En una región muy rural en Colombia. Desde ese momento empecé a cubrir las violaciones y las afectaciones derivadas del conflicto armado colombiano. Como te mencioné al principio de la entrevista, Colombia lleva 50 años de conflicto armado, conflicto que se mantiene. La realidad de las comunidades rurales es muy grave justamente por esa tendencia al conflicto, mucho desplazamiento forzado, desigualdad social, pobreza, y esas fueron las historias que empecé a cubrir desde joven el el ingreso del periodismo. En ese caminar, digamos, por lo rural en el país, zonas muy dispersas de zonas campesinas, pero también indígenas, comprendí un poco de ese grupo general.
De los afectados desplazados en Colombia, hay otro grupo mucho más vulnerado y ese son los pueblos indígenas. Los pueblos indígenas en Colombia, por ejemplo, son 115 pueblos, pero tan solo el 4.4% es de la población total general del país. Entonces es una población minoritaria en el país—mal llamada minoritaria—que justamente requiere que haya más visualización de lo que pasa en sus territorios. Tiene una importante porción de tierra y de territorios, pero en población son muy pocas las personas. Muchos de esos 115 pueblos están en riesgo de exterminio físico y cultural. Algunos derivados por el conflicto armado, porque se tuvieron que desplazar todos a las ciudades. Y otros por las distintas explotaciones, la ampliación de la frontera agrícola, deforestación que se ha dado desde la colonia a la fecha han reducido estas poblaciones. Entonces para mí creo que fue importante entender eso, que son muy pocas las comunidades que quedan y que se requiere justamente que los esfuerzos que hagamos los periodistas en proteger, en preservar, en alzar la voz. Es en este momento y hay que hacerlo. Tal vez otras comunidades que son más fuertes en el país tienen otras posibilidades de luchar por sí solas, pero las comunidades indígenas, en mi opinión personal, requiere de un buen periodismo y requieren de un acompañamiento.
Lo que está pasando en el caso de Colombia se refleja en Centroamérica, se refleja en Suramérica, en Brasil, en Ecuador, en Bolivia, en muchas comunidades donde cada vez las presiones de las grandes empresas hacen que los territorios indígenas estén arrinconados y cada vez los estén acosando y ahogando. Entonces es supremamente importante poder en este momento acompañar particularmente a los pueblos indígenas con todas sus diversidades, con todas sus ritualidades, con sus cosmovisiones; con su diversidad de creencias, de cultural, de lenguas, que también es un patrimonio. Es una riqueza cultural viva que tiene no solamente Colombia sino la región. Esto requiere más acompañamiento para que no se pierdan.
NC: Qué otros temas piensas que deberían tener más cobertura y que poco se hablan en los medios de comunicación?
EPC: Yo creo que hay que hacer más historias sobre todo el tema de pueblos en riesgo de exterminio físico y cultural. Hay muchos pueblos que eran semi nómadas en la historia y ahora ya no tienen territorio o tienen territorios muy pequeños para poder volver a sus tradiciones de, por ejemplo, la recolección de frutos, de la caza y de la pesca. Cada vez es más reducido el espacio que tienen para poder cumplir y para considerarse en pueblos nómadas o seminómadas. Yo creo que esas historias hacen falta cubrirlas. Son muy pocas y por eso mismo la presencia es mucho más silenciosa y menor. Yo creo que eso es supremamente importante. Yo apoyaría mucho que se trabajara en ese sentido.
Dos, lo que mencionaba de las lenguas indígenas, cada vez son menos los hablantes y creo que esas historias tienen que ver porque justamente hay desplazamientos forzados. Ya las niñas no están recibiendo la lengua por parte de sus papás o porque sencillamente imperan otras culturas: el español, el inglés, etcétera. Eso hace que los jóvenes ya no se interesen por su cultura. Eso es gravísimo porque acaba una cosmovisión, un pueblo entero. Ese es otro tema.
Temas de crisis climática relacionadas con pueblos indígenas. Hay pueblos, por ejemplo como en Centroamérica, que viven en las islas, y en muy pocos años van a tener que desplazarse de las islas porque ya las islas van a desaparecer según los pronósticos que hay porque está aumentando el nivel del mar. Todo relacionado con la crisis climática. Entonces estas comunidades se van a tener que desplazar a tierra firme. Hay, por ejemplo, muchas plantas medicinales que están dejando de crecer o de cultivarse porque la contaminación es muy fuerte o porque justamente la tierra cada vez es mucho más caliente y esas plantas—que en algún momento se cultivaban y que son medicinales para los pueblos—se están perdiendo y así muchos animales están perdiendo.
Yo creo que también hay que darle voz a los animales desde la voz de las comunidades y también darle voz a los pueblos indígenas. Hay muchos animales en vías de extinción que tienen un significado espiritual para los pueblos, pero también hacen parte del sistema de protección de la misma selva de los bosques. Esto no lo estamos viendo los periodistas, simplemente estamos viendo a una especie menos, pero eso significa algo dentro de todo el ecosistema. Culturalmente, también son especies que representan como una sabiduría, o son realmente importantes para las comunidades. Esas creo que son otras historias que no están saliendo o salen muy poco en los medios de comunicación.
Yo nombro tan solo esas, pero creo que sigue siendo importante investigar estas afectaciones de la minería. Ya es de temas un poco más de salud, más allá “no están entrando mineros”, eso lo están publicando los medios. Están entrando mineros, si, pero qué pasa con esas afectaciones? Hay muchos pueblos indígenas y comunidades rurales que se están enfermando por el mercurio. Son muy pocas las historias que están saliendo de esto.
Hay otras historias, por ejemplo, de estas presiones de grupos armados o criminales en los territorios y están generando que muchos jóvenes indígenas se suiciden. Hay daños colaterales alrededor de la presencia de grupos armados, la presencia de la enfermedad de los territorios, de las contaminaciones ambientales, que están generando que las comunidades se enfermen. No se está tocando estas historias también.
Yo creo que los desplazamientos forzados se siguen presentando de lo rural a lo urbano, y las comunidades en urbano están cambiando su cosmovisión. Entonces, creo que hay que hacer un enfoque más de la historia de derechos humanos de los pueblos indígenas. Desde mi mirada, sin desconocer que comunidades negras, comunidades campesinas, otros grupos minoritarios mal llamados minoritarios, les llamo yo, porque también requieren esta visibilidad de los medios de comunicación y por supuesto, hacerle seguimiento a las cadenas del mercado, o sea, la presión de los distintos mercados petroleros, ganaderos, lecheros. Como queramos llamarle, presiona de manera legal, y esto está generando daños en el territorio. Entonces esa cadena de suministros requiere que haya más información, que se siga haciendo una investigación en temas de corrupción.
Realmente es un listado largo.