El veloz desarrollo de la acuicultura está aumentando la presión sobre la biomasa de peces como la anchoveta, advierte un informe del Banco Mundial. Los expertos consideran que una mejor gestión de esta pesquería podría servir para hacer frente a la anemia, que afecta al 43,6% de los niños de entre seis y 35 meses de Perú. Actualmente, de las 5 millones de toneladas autorizadas en promedio para la pesca anual de esta especie, apenas 150.000 toneladas se destinan a productos de consumo humano directo. El resto se destina a la elaboración de harina y aceite de pescado, que termina alimentando otros animales y peces más costosos y menos nutritivos, como el salmón.
La paradoja es evidente: 100 gramos de salmón —un pescado de carne clara, con fama de sofisticado y extremadamente popular en las barras de sushi— tiene casi cuatro veces menos hierro que la misma cantidad de anchoveta.
El precio puede llegar a ser 23 veces más caro y su crianza, a diferencia del pequeño pez que crece en aguas frías, está asociada a una gran demanda de otros pescados para su alimentación y otros impactos. Entre ellos, la acumulación de residuos en las áreas donde es criado; y el uso extensivo de antibióticos, que tiene efectos nocivos para la salud.
A pesar de eso, el 98% de las exportaciones peruanas de anchoveta salen transformadas como harina y aceite de pescado. Es decir, como alimento para animales y otras especies acuícolas —como el salmón—, que son más caras y, en ocasiones, menos nutritivas.
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Aunque esta pesquería ha enfrentado algunas dificultades durante el último año, Perú lidera la pesca mundial de anchoveta y la exportación de harina de pescado.
En la última década, el país —con 43,6% de los niños de entre seis y 35 meses con anemia, según un reporte preliminar del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) al primer semestre de 2023— exportó 10’827.949 toneladas de productos derivados de la anchoveta, de acuerdo a información de aduanas analizada por OjoPúblico. Estos cargamentos tuvieron un valor de, aproximadamente, USD 18.173’000.000.
"El 98% de los productos de anchoveta que se exportan son harina y aceite de pescado”.
Mientras millones de toneladas de anchoveta salen al extranjero para alimentar a animales y otros peces costosos, algunos de estos últimos son importados por Perú. Solo el año pasado, detalla un reciente informe de Oceana, ingresaron al país 540 toneladas de salmón fresco chileno, valorizadas en USD 5’549.113. A estas se suman otras 228 toneladas de salmón congelado, por un costo de USD 2’676.000, de acuerdo a información de la organización a la que accedió este medio.
Patricia Majluf Chiok, bióloga y exviceministra de Pesquería en Perú, considera que este caso ejemplifica un problema global respecto al uso que se le da, actualmente, a los peces. Alrededor del 20% de la captura pesquera mundial de todas las pesquerías —destaca la especialista— se utiliza para hacer harina y aceite de pescado.
“Casi toda esa harina y aceite de pescado no es para nutrir a las personas, sino para darle de comer a los salmones y otros peces caros, no asequibles a la mayoría (...) Es una pena que se use para eso”, dijo a OjoPúblico.
Ambos productos son elaborados mayoritariamente con anchoveta, una especie considerada como un superalimento por sus ricas propiedades nutricionales. Por eso, en opinión de Maritza Zela Guevara, decana del Colegio de Nutricionistas del Perú, países con alta incidencia de anemia —como el Perú—, deberían priorizar el consumo interno directo de esta especie.
A esto se suma, el acelerado crecimiento de la acuicultura del salmón, el langostino y la trucha —es decir, el cultivo y producción de peces u otras especies hidrobiológicas en jaulas instaladas en el mar—, y la creciente presión que genera esta actividad en la pesca de especies que crecen de forma natural en su hábitat, como la anchoveta.
“La curvatura de [producción de] la acuicultura crece, pero no la de producción de harina de pescado. De hecho, está a su tope”, explicó el economista Juan Carlos Sueiro Cabredo, director de Pesquerías de Oceana Perú, en conversación con este medio.
Un informe del Banco Mundial, de 2023, señala que dicha actividad está aumentando la presión sobre las poblaciones de peces silvestres porque “los peces de piscifactoría, a menudo, se alimentan con pescado silvestre capturado, como la anchoveta peruana”. Asimismo, destaca el documento, “se pueden necesitar grandes cantidades de pequeños peces silvestres para alimentar a los peces más grandes en las granjas”.
Destino final de la anchoveta
La extracción de anchoveta es la pesquería más importante de Perú y el mundo. En el país se establece, al año, una cuota de captura promedio de 5 millones de toneladas de esta especie. Sin embargo, de estas, solo 150.000 toneladas son para consumo humano directo. Es decir, el Estado peruano proyecta anualmente que apenas alrededor del 2,9% de las capturas se venderán como pescado fresco o en conservas para consumo humano.
Entre 2014 y 2023, Perú exportó 10’827.949 toneladas de productos derivados de anchoveta, valorizadas en USD 18.173’000.000, de acuerdo a información de aduanas analizada por OjoPúblico. De ese total, el 98% correspondió a harina y aceite de pescado. Estos envíos acumularon más de USD 17.691 millones en la última década.
El principal producto derivado de la anchoveta que exporta Perú es la harina de pescado. Entre 2014 y 2023, los envíos al exterior alcanzaron las 9’119.302 toneladas (alrededor de USD 13.910 millones). Esto representa al 84,2% del total exportado de esa especie.
El destino favorito fue China, que concentró el 75% de los envíos peruanos de este producto. Dicho país, explicó Juan Carlos Sueiro Cabredo, requiere el producto para “peces más caros, como el salmón. También para el langostino”.
Otros destinos relevantes para este producto, a lo largo de la última década, fueron: Alemania (5%), Japón (5%), Vietnam (3%) y Ecuador (3%).
Este último caso es llamativo: entre 2014 y 2023, Ecuador era el quinto mayor comprador de harina de pescado peruana. Sin embargo, en los últimos dos años, escaló al segundo lugar. A detalle, en 2022, concentró el 6% de los envíos de este producto y, al año siguiente, el 7%.
Sueiro Cabredo señala que este incremento responde a la expansión de la acuicultura en el país vecino. “Mientras que, en 2012, producía, más o menos, 250.000 toneladas de langostino, en 2022, ha producido 1’200.000 toneladas, que ha representado USD 8.000 millones en ventas, tanto así, que ha bajado el precio mundial de langostinos. Ecuador es un gran demandante de harina de pescado”, detalló.
Las empresas que concentraron las exportaciones de harina de pescado peruana, en la última década, son: Tecnológica de Alimentos S. A. (23%), Pesquera Exalmar S. A. A. (13%), Corporación Pesquera Inca S. A. C. (13%), Pesquera Hayduk S. A. (12%), Pesquera Diamante S. A. (11%), Austral Group S. A. A. (8%) y CFG Investment S. A. C. (6%). En conjunto, estas compañías han realizado el 86% de los envíos.
El segundo producto más exportado por Perú en estos 10 años fue el aceite de pescado, con envíos de 1’494.786 toneladas (USD 3.781’081.595). Esta cantidad representa el 13,8% del total de exportaciones de derivados de anchoveta.
La variedad fresca o refrigerada, durante el mismo periodo, apenas sumó 83.803 toneladas (0,8% del total de los envíos), por USD 8’667.843. En los últimos dos años, asimismo, estas exportaciones fueron solo a Ecuador.
En conclusión, la harina y el aceite de pescado representaron casi el 98% de las exportaciones de derivados de la anchoveta. El resto (1,98%) correspondió a envíos en conserva, anchoveta curada, fresca o refrigerada y otros productos para el consumo humano directo.
Estos datos, afirma la bióloga Patricia Majluf Chiok, evidencian que la gestión de la anchoveta en Perú no beneficia a la población, sino más bien a las siete empresas que aglutinan casi la totalidad de la cuota de captura en Perú.
“El beneficio es al bolsillo de las empresas que son dueñas de la cuota porque, incluso, todas las lanchas pequeñas [que pescan anchoveta] le venden a las empresas grandes, porque no tienen donde procesarla”, dijo.
"Siete empresas concentran el 86% de exportaciones de harina de anchoveta de Perú”.
En comunicación con OjoPúblico, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) rechazó esta afirmación. La pesca industrial de anchoveta, alegaron en un escrito remitido a este medio, es uno de los principales motores de la economía peruana y, a la par, es uno de los más regulados. “Soporta una serie de sobrecostos, entre cargas regulatorias y sociales, que superan largamente las de otros sectores económicos, como la minería”, añadieron.
Sin embargo, el economista Juan Carlos Sueiro Cabredo recuerda que estas empresas son beneficiadas con la devolución del impuesto general a las ventas (IGV). “También hay ventajas tributarias relacionadas a la exportación. En ese sentido, más les conviene exportar que vender en el mercado interno”, explicó el especialista de Oceana Perú.
Asimismo, a criterio de Sueiro Cabredo, la cuota de captura de anchoveta para consumo humano directo (unas 150.000 toneladas) es relativamente pequeña. Y una parte de esta también es transformada en harina de pescado.
Esto ocurre, principalmente, cuando la anchoveta de talla pequeña —más frágil— sufre daños al ser manipulada. En estos casos, ya no es usada para elaborar productos de consumo humano directo y termina convertida en harina residual de pescado. “[Todo esto hace] que la disponibilidad [de anchoveta] para las personas sea insatisfactoria en términos de volumen”, dijo.
Para superar este problema, afirma la SNP, se requiere modificar la normativa de pesca. El argumento del gremio es que la actual [el Reglamento de Ordenamiento Pesquero del Recurso Anchoveta para Consumo Humano Directo] permite que hasta el 50% de lo extraído pueda ser destinado a la elaboración de harina residual. “Hoy en día, esta regulación representa un incentivo perverso”, indicó.
Otro de los factores que impacta negativamente en la pesca de anchoveta para el consumo humano directo —consideró Sueiro Cabredo— son las capturas a gran escala en etapa juvenil.
“Eso tiene un impacto adverso en la actividad de consumo humano directo. ¿Hace cuánto tiempo la conservería no dispone de anchoveta de 14 centímetros? Entonces, no hay anchoveta apropiada para elaborar productos para el consumo [humano directo], y eso termina incentivando la producción de harina de pescado”, dijo.
SNP busca pescar en áreas marinas protegidas
En la última década, las exportaciones peruanas de productos derivados de la anchoveta han tenido una tendencia al alza. A detalle, se registró un pico en 2017, con 1’227.835 toneladas, valorizadas en alrededor de USD 1.847.000, considerando las buenas condiciones del mar.
Luego, durante el primer año de pandemia, se reportó una caída (1’031.355 toneladas, por aproximadamente USD 1’600.000); y, ya en 2021, una marcada recuperación, con 1’487.810 toneladas, valorizadas en alrededor de USD 2’416.000. Esta última cifra, de hecho, marcó el récord histórico del periodo analizado por OjoPúblico.
En este contexto, el último 11 de enero, la SNP presentó una demanda de acción popular contra el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado peruano (Sernanp) para que se declaré nula una norma que prohíbe la pesca de mayor escala en áreas marinas protegidas.
La demanda del gremio empresarial, como informó este medio, fue admitida a trámite el 17 de enero pasado, y está a cargo de la Segunda Sala Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima.
La SNP pretende que se declare nulo, con efectos retroactivos, parte de una directiva que prohíbe —en la misma línea que el Reglamento de la Ley de Áreas Naturales Protegidas y los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)— la pesca industrial en áreas naturales protegidas, ya sean estas marinas o terrestres.
El tema será evaluado por la Segunda Sala Constitucional en una audiencia programada para el próximo 23 de mayo. En esa diligencia, los abogados de la SNP y del Sernanp tendrán cinco minutos para exponer su posición.
"Documento del Banco Mundial advierte que la acuicultura ejerce presión sobre los peces silvestres”.
Antes, la SNP ya había buscado anular la prohibición de pesca industrial en las áreas marinas protegidas por la vía administrativa. El 23 de octubre de 2023, como también reportó OjoPúblico, la SNP le envió un documento a José Nieto Navarrete, jefe del Sernanp, pidiéndole el reconocimiento de la actividad pesquera industrial preexistente a la creación de la Reserva Nacional de Paracas.
En otras palabras, si logran su propósito, podrán pescar dentro del área protegida, a partir de las cinco millas marinas. Actualmente, no pueden hacerlo en ningún espacio de la reserva.
Como argumento señalan que, en la creación de la Reserva Dorsal de Nasca, se reconoció la preexistencia de la pesca de mayor escala. En efecto, en contra de los criterios de la UICN, el Estado peruano creó, en 2021, esa reserva y determinó que, en la zona de protección estricta, será posible la extracción de bacalao de profundidad y, en el área de aprovechamiento directo, la pesca de mayor escala.
En ese entonces, la Fiscalía en Materia Ambiental, Oceana y otras organizaciones ya habían advertido que permitir esas actividades desvirtuaba la naturaleza de una reserva marina y crearía un pésimo precedente.
Aún así, el 18 de diciembre del año pasado, el Sernanp le respondió a la SNP que la pesca de mayor escala es una actividad que se contrapone a los objetivos y fines para los cuales fue creada la Reserva Nacional de Paracas y rechazó su pedido. En ese contexto, el gremio empresarial ha recurrido al Poder Judicial.
La demanda de la SNP y la decisión del gobierno peruano de crear áreas marinas protegidas donde se permite la pesca industrial ha generado rechazo de la comunidad conservacionista local y extranjera. El pasado 21 de marzo, un grupo de científicos y actores de Hollywood envió una carta a la presidenta Dina Boluarte, expresando su preocupación por esta situación. Científicos y expertos de Perú, en tanto, han emitido un pronunciamiento manifestando su rechazo.
Ante una solicitud de comentarios, la SNP afirmó que respetaba la opinión de todos ellos. “Sin embargo, la restricción de la pesca a la flota industrial en la Reserva de Paracas no tiene sustento y carece de la opinión del Imarpe y Produce, que son las instituciones competentes para determinar qué, quiénes y dónde se puede pescar en el litoral peruano”, agregó.
Alimento contra la anemia
Cada 100 gramos de anchoveta contiene 3,04 miligramos de hierro, de acuerdo con las Tablas Peruanas de Composición de Alimentos, del Ministerio de Salud (Minsa). La misma cantidad de pescado salmón posee 0,8 milagros de ese mineral, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y diversas fuentes consultadas, ante la ausencia de información en la tabla antes mencionada.
Esto significa que 330 gramos de anchoveta cubren la cantidad de hierro que necesita consumir al día un niño. Si se reemplazara la anchoveta por salmón, se necesitaría consumir una ración casi cuatro veces superior. Algo poco probable por la cantidad y también por el costo: un kilo de anchoveta puede valer S/3 en los desembarcaderos pesqueros artesanales de Perú (en otros lugares, 300 gramos de filete pueden costar S/8,90), mientras que un kilo de salmón importado en los principales supermercados del país cuesta entre S/61,50 y S/69,90.
En Perú, el 43,6% de los niños de entre seis y 35 meses tenía anemia al primer semestre de 2023, de acuerdo a un informe preliminar del INEI, realizado con el 50% de la muestra de ese periodo.
Para lograr que un niño se recupere de la anemia, se requiere una dieta rica en hierro. Entre los alimentos que más recomiendan los especialistas están los que aportan hierro de origen animal, tales como la sangrecita, el bazo y, también, los pescados azules, como la anchoveta.
Un estudio, desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga (Ica), de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión (Huaura) y de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo (Áncash), determinó que el consumo de anchoveta, por un periodo de entre 45 y 75 días, permite el incremento de la hemoglobina.
La investigación se desarrolló en 2016, con niños de primero a quinto grado de primaria (entre seis y 10 años) del colegio San Agustín, de Chincha Alta. Entre los resultados de la investigación se tuvo que los 10 estudiantes del tercer grado seleccionados como muestra tenían, al inicio, un promedio de 10,86 gramos de hemoglobina por decilitro de sangre (g/dl). Esto significa que padecían de anemia (los valores normales para su edad son de 11 a 12 g/dl).
Un mes y medio después, tras consumir anchoveta en diferentes tipos de preparación cinco días a la semana, su nueva medición dio un promedio de 12,74 g/dl. Es decir, habían superado la enfermedad.
Los fallidos intentos de promoción
Cuando la anemia se produce en una etapa muy temprana de la vida, explica Maritza Zela Guevara, decana del Colegio de Nutricionistas del Perú, afecta el desarrollo cognitivo de los niños. Esto genera dificultades en el aprendizaje y, por lo tanto, repercute en su potencial de desarrollo para la vida adulta.
Teniendo en cuenta el alto contenido en hierro y Omega 3, la profesional considera que es importante que el Estado promocione el consumo de esta especie. “La anchoveta tendría que distribuirse a nivel nacional (...) No lo estamos promocionando como se debería”, dijo.
En el 2000, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) puso en marcha en el Perú, en coordinación con el Instituto Tecnológico Pesquero (ITP), un proyecto de apoyo técnico para el fortalecimiento de capacidades para la promoción del consumo de pescado. El mismo tenía como objetivo introducir la anchoveta al consumo humano directo en zonas de escasos recursos económicos de Lima.
Melva Pazos Hamm, ingeniera pesquera que, en ese entonces, fue directora de Promoción de Consumo del ITP, dijo a OjoPúblico que la iniciativa tuvo buen impacto. Esta motivó que, en 2007, el Gobierno declarara de importancia estratégica y de interés nacional la promoción de consumo de anchoveta y de pota, mediante Decreto Supremo N° 002-2007-PRODUCE. Una medida que, asegura, permitió realizar acciones con pescadores artesanales y madres de familia, tanto para que la especie esté disponible en mercados, como para aprender a prepararla.
Pazos Hamm considera que la anchoveta, pese a ser un alimento de alto valor nutricional, no ha ingresado a la dieta de los peruanos, principalmente, por falta de oferta. Vale precisar, que en 2012, el Ministerio de la Producción (Produce) creó el programa A comer pescado, una iniciativa mediante la cual buscaba incrementar el consumo de pescado en los peruanos, aunque no únicamente de la anchoveta.
Para Melva Pazos Hamm, este programa tiene una tímida actuación. Además, la ingeniera pesquera cuestiona que, al crearlo, se haya derogado el decreto supremo que había declarado de interés nacional la promoción de la anchoveta.
María Marull Espinoza, nutricionista y docente asociada de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, también fue parte del proyecto de la FAO. La profesional reconoce que, en efecto, los intentos del Estado para introducir la anchoveta en la mesa popular no han tenido los resultados esperados. No obstante, considera que esto se debe a la falta de difusión de los beneficios del alimento.
“Se necesita educación nutricional y estrategias de comunicación sostenidas (...). Si pudiera haber más oferta, las personas podrían consumir más veces, y todos seríamos beneficiados”, dijo.
Para la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), en cambio, la anchoveta no se ha insertado en la dieta de los peruanos debido a la poca aceptación de esta especie entre los consumidores.
“No han tenido éxito, no por la falta de esfuerzo [del Estado], sino por la baja aceptabilidad de este producto (...) La anchoveta es un recurso (...) poco requerido por las amas de casa, por su baja versatilidad para la preparación de alimentos”, respondió el gremio a un cuestionario de OjoPúblico.
Para la SNP, si la preocupación principal es combatir la desnutrición y la anemia, los esfuerzos deberían enfocarse en incrementar el consumo de pescados en general, y no tan solo de la anchoveta.
"En Perú, la anemia afecta al 43,6% de niños de entre seis y 35 meses”.
Sin embargo, Juan Carlos Sueiro Cabredo, de Oceana Perú, señaló que los gustos y preferencias no son inamovibles, sino que hay que trabajar en ellos. Además, dijo, que la anchoveta sí es versátil, pues funciona para elaborar congelados, conservas, pastas y otros productos.
“Hace 40 años no se comía ni conocíamos la pota y, ahora, se consume. ¿Cuál es la gran diferencia? Es relativamente barata y está disponible. Entonces, si hubiera productos de anchoveta baratos, disponibles y apropiados estos se consumirían”, indicó. Para ello, detalló el especialista, se requiere mayor investigación del Instituto Tecnológico Pesquero (ITP), de modo que se pueda innovar y desarrollar nuevos productos para el consumo en base a la anchoveta.
“Estamos en crisis [y en un contexto de] inseguridad alimentaria. Los alimentos altamente nutritivos y de alto valor biológico, como la anchoveta, deben estar disponibles para las familias con menos recursos económicos. Lamentablemente, el alto valor nutricional que tiene la anchoveta está siendo mal aprovechado, en favor de los ingresos económicos, antes que en la alimentación de las personas”, señaló la decana del Colegio de Nutricionistas del Perú.
OjoPúblico remitió un cuestionario al Ministerio de la Producción con consultas sobre sus programas de promoción del consumo de pescado. Sin embargo, hasta el cierre de este informe, no hubo respuesta.