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Pulitzer Center Update September 15, 2022

Detrás de la Historia: "El Infierno Lejos de Casa"

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A graphic of women with flowers on their heads
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Official figures show that one out of three women in the EU has suffered physical or sexual violence...

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Yetlaneci Alcaraz y Marco Appel
Imagenes por cortesía de Yetlaneci Alcaraz y Marco Appel.

Aviso de contenido sensible: Esta entrevista contiene referencias a violencia conyugal. 

En el marco de la globalización, cada vez se forman más lazos entre las personas de distintas nacionalidades. Un tema poco explorado es el de los matrimonios y relaciones donde uno emigra por amor. 

En 2018, en el espacio de unos meses, dos mexicanas fueron víctimas de femicidio tras haber emigrado de su país natal para estar con sus parejas de origen europeo en Bélgica y Francia. Los periodistas mexicanos Marco Appel y Yetlaneci Alcaraz notaron en ese entonces una realidad: que los casos de sus paisanas asesinadas no eran anomalías, sino producto de un patrón donde migrantes mexicanos, sobre todo mujeres, terminan siendo víctimas de relaciones abusivas—todo en un contexto de migración y sin recibir protección de las autoridades.

Apoyado por el Pulitzer Center, su reportaje “El Infierno Lejos de Casa”, es una muestra de que las instituciones—sean mexicanas o europeas—no protegen a los migrantes víctimas de la violencia conyugal. Al contrario, lo que anhelan las víctimas al vivir en un país europeo como migrante se convierte en una pesadilla. Valiéndose de métodos como redes sociales y encuestas—y abordando las entrevistas con la sensibilidad que demanda el tema—Alcaraz y Appel lograron revelar la realidad que vive esta minoría mexicana en Alemania, Francia, Bélgica, y España. 

La historia fue publicada en el medio Underground Periodismo Internacional, un portal que Alcaraz, una de sus fundadoras, describe como “un puente” entre Europa y América Latina. La investigación también fue publicada en versiones más cortas en el semanario mexicano Proceso, el diario belga Le Soir, y en ocho sitios regionales de la Alianza de Medios de periodistas de a Pie de Mexico, además de que está pendiente la publicación en un periódico alemán. 

Alexandra Waddell, asistente de edición del Pulitzer Center, entrevistó a Alcaraz y Appel sobre el proceso de su investigación.

 

La entrevista ha sido editada por longitud y claridad.

 

Alexandra Waddell: Cuéntenme un poco sobre ustedes y su proyecto.

Yetlaneci Alcaraz: Soy periodista mexicana originaria de la Ciudad de México, y llevo viviendo en Berlín 11 años. Durante siete años fui colaboradora fija corresponsal del semanario Proceso que es un semanario de política. En el 2020 Marco [Appel] y yo nos unimos para fundar el proyecto de Underground Periodismo Internacional, que es una plataforma que busca generar contenidos de corte internacional pero vinculados siempre con América Latina y México. Trata de ser un puente que una ambos continentes.

Comenzamos a solicitar apoyos para poder hacer investigaciones porque como periodistas independientes es muy difícil sobrevivir vendiendo textos a México, a América Latina, en donde prácticamente la figura del corresponsal está extinta. No existe más. Entonces de alguna forma nuestros ingresos se relacionan mucho con los apoyos que podemos conseguir de parte de organismos como el Pulitzer Center.

"Quisimos entonces centrarnos en estos casos porque creemos que no son visibles, que no los abordan los medios de aquí; porque hablamos de una minoría que nadie sabe que existe o que nadie sabe de sus problemas porque es una muy pequeña minoría."

Yetlaneci Alcaraz

Entonces decidimos abordar este tema que nos parece muy relevante, muy importante, poco estudiado, y poco visible en los medios de comunicación tanto de allá como de este lado del continente. Nos encontramos con que en las redes sociales que todos usamos, de las que todos somos activos seguidores y participantes, hay muchos casos de mujeres que exponen sus problemas. Entre esos problemas como migrantes tiene que ver el hecho de que muchas vienen para formar una familia como un proyecto, y para formar una familia se casan con hombres nativos de este continente [Europa], y resulta que en muchos casos—no en todos, pero en muchos casos—el sueño se desvanece y no es como se creía porque el tema de la migración es un tema muy complejo que muchas veces uno cuando se enamora no se da cuenta de todo lo que implica el migrar y dejar un país de origen para irte a buscar el amor.

También lo cierto es que el machismo existe en todo el mundo—no es exclusivo de las sociedades latinas como podríamos pensar—es mucho más marcadamente visible, pero de este lado, en esta sociedad europea occidental, también existe y también se manifiesta de una forma violenta no sólo físicamente, sino psicológicamente.

Quisimos entonces centrarnos en estos casos porque creemos que no son visibles, que no los abordan los medios de aquí, porque hablamos de una minoría que nadie sabe que existe o que nadie sabe de sus problemas porque es una muy pequeña minoría.

Nosotros nos centramos en mujeres mexicanas porque somos mexicanos y porque la mayoría de nuestros lectores son mexicanos, pero esto es sólo una muestra de lo que sucede a mujeres colombianas, cubanas, dominicanas, y de cualquier otra nacionalidad incluso asiáticas o de medio oriente; las que deciden venirse o emigrar a otro lugar para formar una familia.

"Yo vi en las redes sociales, a raíz del asesinato de la mexicana Berenice Osorio en Bélgica, que se activaron las comunidades mexicanas."

Marco Appel

Marco Appel: Yo también soy periodista mexicano. Yo llevo 22 años en Bruselas como periodista. En los últimos 15 trabajé para Proceso también como periodista de fijo [en Bruselas] cubriendo los temas de la Unión Europea pero siempre también con la mirada puesta en México, es decir, los temas que tuvieran que ver algo con México.

Hace menos de dos años fundamos [Underground Periodismo Internacional]. Para hablar como comenzamos a explorar este tema, en mi caso, fue muy importante algo que sucedió en enero de 2018 aquí en Bélgica que fue el asesinato de una mexicana de 32 años por su novio que había conocido en México, de nacionalidad belga.

Cuando ocurrió el asesinato de Berenice yo escribí la historia para Proceso, y fue en ese momento que me comencé a dar cuenta que había otros casos de mujeres que estaban sufriendo también violencia, quizás no física solamente sino sobre todo psicológica, de parte de sus maridos europeos, y no sólo en Bélgica sino también en Francia, en Holanda. Yo vi en las redes sociales, a raíz del asesinato de esta paisana mexicana en Bélgica, que se activaron las comunidades mexicanas. Yo veía cómo saltaban los casos o los comentarios de personas que conocían otros casos.

Entonces eso para mí fue un tema que me saltó. Yo tenía ganas desde entonces de entrarle a investigar. Cuando se dio la oportunidad de planificar mejor el tema para presentarlo a un fondo internacional, decidimos que este tenía buenos elementos para poder postularlo al Pulitzer Center, y fue así como llegamos a la postulación del tema al Pulitzer Center.

 

AW: Me parece que ahí se dio cuenta que el caso de Berenice era la punta del iceberg, ¿no?, porque así se reveló por redes sociales la interacción que existe, que sí hay bastantes mujeres así.

MA: Sobre todo porque algunos meses después ocurrió otro asesinato en Francia de otra mexicana. Entonces 2018 fue como el despertar, o esa punta del iceberg que emergió, que fue de donde nosotros nos agarramos para pensar “algo está sucediendo aquí. Hay que ver de qué tamaño es el problema”.

 

AW: ¿Eran mayormente los grupos en Facebook las redes que veían [que ocupan las mujeres migrantes]?

YA: Facebook y WhatsApp son las redes sociales que se utilizan para organizarse y para comunicarse, para pedir ayuda.

 

AW: En su experiencia viendo cómo se organizan estos grupos, ¿Cómo acceden a las mujeres que forman parte? Porque estas situaciones son demasiado aislantes, peor si encima consideras la maternidad. Son personas que no tienen contacto con nadie.

YA: Son casos de mucha soledad, de mucho aislamiento. Y viven en mucha soledad porque no tienen una red familiar ni social que las proteja o las apoye. Ese fue uno de los problemas que desde el principio obviamente a qué nos enfrentamos: como acceder a mujeres que están aisladas. Justamente ese es el problema: Están aisladas, no tienen contacto con nadie, ni con amigos porque no tienen amigos, no tienen nadie alrededor. Entonces ¿Cómo podíamos nosotros como periodistas—a quienes ellas no conocen—acceder?

MA: Lo tratamos de resolver de dos formas. Una fue comunicando que estábamos buscando casos de textos a través de nuestros amigos en común, en la comunidad. Yetla lo hizo por su lado, yo por el mío, con amigos que tenía en Francia, amigos en Holanda. [Fue a través] del boca a boca de que había unos periodistas que tenían un proyecto y que estaban buscando testimonios de este tipo para que llegara a oídos de una de estas mujeres quien pudiera comunicarse con nosotros.

Esa fue una, del boca a boca en la comunidad. Algo más formal, que fue idea de Yetla, fue preparar un sondeo, un pequeño cuestionario muy básico, en Google, y la pusimos a circular con el permiso de las administradoras en los sitios de la comunidad mexicana en diferentes países para que quien quisiera responder, incluso de manera anónima, pudiera responder. Al mismo tiempo dábamos nuestro contacto para que si quería pudiera entrar también y contarnos, pudiera buscarnos y contarnos su caso.

YA: Cuando al menos tres llegaron así; a través de esta encuesta que colocamos en el Facebook nos contactaron. [Después del] primer contacto, enviamos unos mensajes para fijar las entrevistas.

El COVID-19 también nos hizo un poco difícil el poder vernos cara a cara, porque nosotros estábamos dispuestos a viajar a España o a donde fuera que encontráramos los testimonios, pero la situación con la pandemia en ese momento estaba muy restrictivo aquí, no sólo en Alemania que es dónde estoy, sino en toda Europa.

Entonces primero pasamos de los mensajes a intercambiar teléfonos, a hacer Zooms y así vernos cara a cara.

MA: Para crear un entorno de confianza que también es muy importante en este caso.

YA: Después sí hubo casos que sí nos encontramos en persona con las chicas.

MA: ¡Y la suerte! También está el elemento de la suerte porque un caso que yo vi en un puesto de comida mexicana. Yo fui a comer tacos y alguien se acercó a contarme su historia. Entonces también ese elemento de la suerte nos favoreció.

 

AW: Volvamos al caso de Berenice. Su mami no había querido hablar con ningún periodista. Esta investigación se hizo cuatro años después del asesinato de su hija.

¿Qué cambió para que les dé la confianza de contar su historia?

MA: Yo no sé, la verdad. Por lo que la señora María me cuenta es que ella tenía mucho miedo de hablar con periodistas porque su situación migratoria no es definitiva. No tiene el permiso [migratorio permanente] todavía en Bélgica; todavía tiene que pedir autorización para que le den un permiso de residencia cada tiempo, cada año. Entonces ella no quería hablar por no meterse en problemas. Ya sabes en la cultura mexicana también existe siempre este temor de que no hay que incomodar a la autoridad porque si no la autoridad se va a vengar, va a hacer algo contra ti.

"Yo creo que lo importante, hablando de la cuestión periodística, es la paciencia que se debe de tener para poder respetar el tiempo que necesitan para decidirse a hablar las personas a las que vamos a entrevistar."

Marco Appel

Efectivamente yo estuve esperando mucho tiempo. Yo la busqué mucho tiempo antes de que ella me considerara la entrevista, pero tuve que esperar. Es lo mismo que pasa con las víctimas—cada quien tiene un momento en el que está lista para hablar y hay que respetar ese tiempo.

En el caso de la señora María, la mamá de Berenice, pues a ella le di confianza. Habría que preguntarle a ella más bien porque tomó la decisión de hablar conmigo, pero yo le di confianza. Se hizo la entrevista en su casa y pues platicó conmigo.

Yo creo que lo importante, hablando de la cuestión periodística, es la paciencia que se debe de tener para poder respetar el tiempo de las personas a las que vamos a entrevistar. Y más cuando son víctimas de un terrible hecho como en este caso, el asesinato de su hija. Ella fue muy muy abierta, y se dejó tomar fotografías. Todo fue lo que ella quiso porque también había cosas que habíamos quedado en que quizás no tenía caso, que ella pensaba pudiera causarle algún malestar. Entonces fuimos respetuosos en ese sentido. Lo hablamos mucho antes de que hiciera la entrevista y teníamos muy bien la estructura de hasta dónde llegar hasta donde no llegar o donde no ir, justamente para poder conservar la confianza de la señora y que no se fuera a cerrar, porque también ese era el peligro con todos los entrevistados que en un momento dado si perdiera esa confianza durante la entrevista y no quisiera contar todo lo que pudiera contar.

 

AW: ¿Cómo superaron la falta de datos para exponer que esto sí es un fenómeno profundo, que sí hay un sinnúmero de mujeres que están sufriendo estas circunstancias?

YA: Bueno, partimos del hecho de que hay datos, pero son datos oficiales en que sabemos que hay una cifra negra muy elevada simplemente porque lo vimos en las redes sociales.

Las mismas chicas nos referían casos de muchísimas más que ellas conocen que viven el mismo problema. Sólo nos centramos en Francia, Bélgica, Alemania, y España porque no podíamos abarcar todo Europa porque somos solo dos periodistas y teníamos que acotar un poco la investigación.

Pero de cada país seguimos cuando menos tres o cuatro grupos de Facebook de estos cerrados, que son de mujeres. Siendo mujer me pudiera ser miembro muy fácilmente de estos grupos. Y es un goteo constante de testimonios y mensajes que van apareciendo sobre chicas que están exponiendo sus problemas.

Entonces te das cuenta de que es un problema que no es mínimo ni es pequeñito. Es un problema muy grande del cual yo creo que nosotros mismos no podemos decir la dimensión. Sabemos que es mucho más grande de lo que se cree, pero no podemos tampoco nosotros mismos dar números absolutos, pero sí una idea, un panorama de lo que estamos hablando.

"Pero también era importante cuando no había estadísticas; también era un síntoma, era una dato, porque eso significaba que no se preocupaban del tema las autoridades."

Marco Appel y Yetlaneci Alcaraz

MA: Nosotros teníamos una intuición periodística. Teníamos elementos recabados entre la gente, entre las víctimas, entre las psicólogas, que nos indicaban que había un problema creciente—el de la violencia conyugal. Entonces después de eso teníamos el problema de cómo sustentarlo estadísticamente, formalmente. Lo que hicimos fue hacer un ‘patchwork’, o sea, algo así como de tratar de juntar telas para poderle dar forma a algo. Entonces se nos ocurrió empezar a pedir ciertos datos por separado, y una vez que los tuvimos pudimos ensamblarlos y ya darle un sustento estadístico a nuestra intuición.

Entre esos pedazos de patchwork que obtuvimos, que fueron muy importantes, fue a través de la ley de acceso a la información.

YA: Del gobierno mexicano.

MA: Del gobierno mexicano obtuvimos el número de casos de violencia doméstica a los que dieron asistencia y protección los consulados y embajadas de México en la Unión Europea, Suiza, y la y el Reino Unido durante los últimos 10 años. Ese documento fue súper útil para nosotros porque iba más o menos en la idea que nosotros ya teníamos. Había más de 380 casos solo de esos casos en consulados.

Luego buscamos y encontramos el número de matrimonios entre mexicanas y ciudadanos de sus cuatro países en los que nos concentramos.

Obtuvimos también de la policía algunas estadísticas. Pero también era importante cuando no había estadísticas—

YA: —También era un síntoma, era una dato

MA: Exactamente, era un dato.

YA: Porque no se ocupaban del tema las autoridades.

MA: Por ejemplo, cuando preguntas a la policía belga los casos de denuncias de violencia conyugal de mexicanas, resulta que no tienen porque ellos no hacen la separación étnica. Creo que en Estados Unidos es muy común [indicar etnicidad en cifras oficiales], pero en Europa no, por razones históricas. No los tienen, entonces eso también te da elementos para armar este patchwork que al final nos sirvió como sostén a los datos que teníamos de parte de nuestros testimonios y de nuestras entrevistadas.

Entonces fue así como lo armamos.

Ahora sí que fue buscando datos por separado para después unirlos y ver que íbamos por la buena vía y que se sustentaba toda nuestra investigación, creemos que lo logramos. Aunque como dice Yetlaneci, es difícil obtener cifras precisas sobre el fenómeno. Ni siquiera lo tiene la Unión Europea. Nosotros preguntamos al Instituto Europeo de la Igualdad de Género (IEIG) que es un organismo de la Unión Europea que estudia justamente estos temas, y ellos nos contestaron que no tienen análisis ni estadísticas de este fenómeno.

Entonces era muy difícil obtener [datos]. No existen con tal precisión esas estadísticas y entonces tuvimos que ingeniárnoslas, Yetla y yo, para poder armar ese rompecabezas de cifras.

 

AW: La misma Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mexicana tiene sus cifras [de las víctimas de violencia doméstica] que han recibido ayuda de los consulados, pero también se les puede asumir que son bajas porque se veía en el reportaje que bastantes mujeres querrían ayuda, querrían contactarse con alguien que les apoye, pero ese apoyo no había. Se toparon con esa ‘pared’.

Cuál impresión les dio, ¿Que eso es más por falta de recursos o una falta de empatía por las mujeres? ¿Es algo de machismo, o qué más sería?

YA: Yo creo que es una mezcla de muchas cosas. Por un lado, es cierto que los consulados están acotados. Ellos no tienen las facultades para representar legalmente a mexicanos, es decir, sus funciones son muy claras y muy precisas y no pueden hacer más de lo que la ley les indica. Pero también es cierto que sí pueden hacer una serie de cosas que, de hecho, ellos aseguran que hacen, porque en sus protocolos está cómo tienen que actuar y ahí es donde falla. [Por ejemplo], yo como consulado no puedo llevar un caso legal de una mujer [pero lo que] sí puedo y debo y es mi obligación [hacer es] acercar la información que a ella le funcione. Yo no te puedo pagar un abogado ni te puedo dar dinero para que te pagues un abogado, pero sí te puedo dar una lista de abogados en español que te pueden asistir.

Entonces nos encontramos que cada embajada y cada consulado es un mundo distinto. Tan sólo en Alemania, mientras que en el consulado en Berlín tiene muy buena fama de que intentan ayudar, el consulado en Frankfurt es totalmente distinto y separado, incluso administrativamente, pues es el que recibe muchas quejas de que no ayuda.

Y desgraciadamente ahí tiene que ver desde el cónsul adscrito que esté en ese momento—si es una persona realmente comprometida con su trabajo como cónsul, lo que significa que es apoyar a los mexicanos o no; o si ese día estuvo de buen humor o no. Al final del día estamos hablando de seres humanos que no son robots, entonces hay quien sí cumple con su labor como debe y hay quien no.

Lo mismo sucede con las policías aquí en Europa, que también son un elemento importante, y autoridades a los que las mujeres recurren [y donde] ellas reciben una doble victimización. Cuando deciden acudir a muchas de estas autoridades, ahí también puede suceder que te encuentres con una policía empática ante tu problema y te apoyan, o a alguien totalmente indiferente que te revictimiza.

MA: Yo estoy de acuerdo con Yetla que es una mezcla de elementos. Pero a mí donde sí me exalta digamos este tema es en el caso de las dos chicas que fueron asesinadas.

YA: Hay fue muy clara la empatía de las autoridades.

MA: Según lo que nos cuentan los familiares de las dos paisanas asesinadas, es que fue terrible. Cero empatía, cero apoyo. Las dejaron solas, abandonadas, no les quisieron dar ni un centavo para nada, y sólo después de que denunciaron en redes sociales—después de que se armara un escándalo en redes sociales—fue que, en ambos casos, empezaron a prestar algo de ayuda.

Pero el sabor de boca—incluso aunque después el gobierno haya accedido a darles apoyo—fue muy muy amargo porque en el caso de la familia de Jessica Astorga, quien fue asesinada en Lyon, Francia, la Secretaría de Relaciones Exteriores todavía estuvo años después cobrándole una cantidad a la familia, llamándoles por teléfono para que pagaran cierta cantidad en concepto del traslado del cuerpo de Jessica Astorga. Cuando fue asesinada, la hermana de Jessica, Aline, tuvo que firmar un pagaré, un compromiso, porque el cónsul le dijo que, si no lo firmaba, pues no había trasladado. Entonces ella estuvo forzada a hacerlo. Cualquiera lo hubiera hecho. 

En esos casos la verdad es que sí es claro que hay una falta total de empatía y de apoyo. Es en esos casos donde debería de haber protocolos mucho más rápidos, protocolos más claros, y sobre todo yo creo que lo que falta también es informar a las comunidades que están en Europa, porque muchas no saben esperarse. O piensan que les van a dar ayuda o que tienen derecho a ciertos apoyos que no puede darle la embajada. Entonces yo creo que también aquí hay muchos malentendidos entre falta de información, entre ineptitud, entre falta de empatía—es una mezcla de todo, que hace que al final salgan afectadas las víctimas de la violencia conyugal.

 

AW: Me parece que la presión pública es bien importante para que las autoridades se enfrenten a estos temas. ¿Cómo han decidido distribuir sus artículos para que no solo los lean mexicanos, sino también personas europeas, personas de estos cuatro países? Porque son doble las caras de autoridad que existen y son doble la negación de que estos problemas son válidos, de que estas personas si necesitan apoyo.

YA: Intentamos cubrirla—y justamente fue parte del requisito que el Pulitzer nos puso, lo cual me parece muy bien—buscando medios europeos también que quisieran publicar nuestra historia.

Incluso son dos enfoques distintos de la misma historia que tenemos. El enfoque que es hacia México es mostrar todo este proceso y toda la implicación del proceso migratorio para que las chicas que estén allá y lo lean, sepan que no es tan fácil como parece. No sólo es ‘me enamoro de este hombre y este hombre ya me va a [hacer] feliz el resto de mi vida’, sino que implica incluso que como migrante una tiene ciertas responsabilidades que tiene por sí misma que cubrir por el bien de una misma. Como es aprender un idioma, intentar insertarse en el mundo laboral, etcétera. Entonces intentamos ese enfoque para [los lectores en] México.

Para Europa conseguimos dos medios que nos publicaron. Uno es un diario belga, otro es un diario alemán. Acá el enfoque se trata de que la gente de este lado, los alemanes y los belgas en este caso, lean estas historias de las cuales abundan en esta sociedad. Porque somos ya una sociedad totalmente multicultural. Hay mucha inmigración. Y que así vean que existen estas pequeñas minorías, que conozcan sus problemáticas, y que se sensibilicen ante ello. 

Queremos todavía vender la historia para elaborar también un podcast que pueda distribuirse en América Latina. Pensamos algo así como Radio Ambulante, que es un podcast que llega a muchas partes de América Latina, porque insisto: Nos centramos en mexicanas, pero podrían haber sido colombianas, podrían haber sido dominicanas, podrían haber sido cubanas, podrían haber sido argentinas, chilenas. Es decir, éste aplica para todo tipo de migrantes.

MA: También estamos por entregar una versión en inglés del texto principal de nuestro portal, que es la versión más larga, para que también el público que hable inglés también pueda tener acceso.

Entonces cubrimos ahí varias lenguas: alemán, francés, inglés, y el español. Yo creo que es una buena solución para que toda la gente que hable sea francófono, anglófono, hispanófono, o germano puedan leerlo. Juntándolos ya es una buena cantidad de lectores que tiene acceso a nuestra investigación.

"Aquí la clave y la lección de todo esto es infórmate, conoce tus derechos, y en cada país hay organizaciones, por fortuna las hay, que en distintos idiomas están trabajando para que las mujeres tengan acceso a esa información."

Yetlaneci Alcaraz

AW: Mi última pregunta es para las mujeres en todo el mundo que se han casado y se han mudado de país. ¿Qué esperanza tiene esta historia no solo del impacto, sino de las lecciones que se pueden aprender? ¿Qué más falta por investigar en este tema?

YA: Una de las abogadas psicólogas nos decía que una cosa es estar viviendo en el conflicto, en la violencia, y que toma tiempo actuar. No es tan fácil como ‘ya me agredió y yo voy a actuar’. A veces dura años hasta que la mujer decide actuar. Primero hay que aceptar que una es víctima de una violencia, y después dar el siguiente paso, que es denunciar y actuar.

Cuando se tienen los hijos es todavía mucho más difícil porque tiene el temor de que te puedan quitar a mi hijo porque ‘yo estoy aquí inmigrante; porque no trabajo, porque no hablo el idioma, él se va a quedar con los niños. Mejor me aguanto y soportó una situación’. Son muchos los temores y mucho el tiempo que toma para que una mujer decida actuar.

Yo pensaría que la lección de esto y que toda persona que lo lea sepa, uno como inmigrante, aunque sólo estés casada, no tengas un trabajo, y no necesariamente hablas el idioma, a pesar de todo eso, tienes derechos. Tienes muchos derechos y nadie te puede ni echar del país ni quitarte a tus hijos.

Aquí la clave y la lección de todo esto es infórmate, conoce tus derechos, y en cada país hay organizaciones, por fortuna las hay, que en distintos idiomas están trabajando para que las mujeres tengan acceso a esa información. Eso creo que es lo que yo más destacaría de esto.

Nos decía una de las abogadas que 90% de las chicas que viven esto desconocen sus derechos. No saben que tienen derecho a estar en el país donde están sus hijos, que tienen derecho a tener una estancia legal, entonces eso es bien importante. Y que además el estado las cobija y las arropa cuando no tienen mayores herramientas para sobrevivir solas.

Uno tiene que reconocer el problema es que las mujeres no lo saben—

MA: —O tienen miedo, que también es legítimo, ¿no?

YA: Claro, tienen miedo porque tienen ese desconocimiento. Ellos piensan que las van a expulsar del país o que les van a quitar a los hijos.

Quizá lo que haga falta investigar es justamente visibilizar. Nuestra investigación se pierde en un mar de información de medios, de temas, de una agenda también muy complicada como nunca antes hemos vivido en los tiempos recientes, entre guerras, cambio climático, problemas políticos… pues el nuestro es igualmente uno de tantos 1000 millones de cosas que importan.

Yo sí creo que se tiene que seguir hablando de este tema porque tiene muchas caras. Tiene muchas aristas.

Y eso es algo pendiente, que quizá nosotros queremos seguir con el asunto del racismo que puede haber contra estas mujeres desde los sistemas de la justicia, porque lo cierto también es que muchas sí pierden las custodias de sus hijos. Entonces sí es un tema un poco explorado y que creo que hay todavía bastante que cortar.

MA: Yo sólo agregaría así muy brevemente qué hay dos lecciones que están subyacentes en la investigación. Dos mensajes. Una es de que, si están atrapadas en la violencia, se puede salir, porque tenemos testimonios de mujeres que han salido, después de mucho sufrimiento también, pero han logrado salir adelante. ¿Cómo? Pidiendo ayuda.

El segundo es más bien como preventivo, es decir, antes de emigrar. Está bien que te hayas enamorado. Pero antes de irte a emigrar a Europa con tu esposo o con tu novio, ten en cuenta esto: Prepárate.

Al final de nuestra investigación damos unas informaciones de utilidad práctica. A quién acercarse, cómo acercarse a las instituciones de apoyo, como darse cuenta de que eres víctima de violencia, en qué etapa estás de la violencia de tu pareja, o también cómo darte cuenta como mamá o familiar de una mexicana que ya fue a Europa si está en problemas. Entonces hay algunas señales que te pueden dar indicios de que algo va mal. Y eso lo aportó la mamá de Berenice y la hermana de Jessica. Además, un par de psicólogas también nos dieron algunos tips para que los familiares puedan darse cuenta o puedan poner atención en ciertos aspectos sobre todo durante sus conversaciones, que son muy habituales cuando estamos tan lejos, por Zoom, por videoconferencia.

 

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